De pronto un día cualquiera te dan la peor noticia que podemos recibir, el ser que amas murió. De pronto todo se paraliza, solo sientes el latido de tu corazón y te preguntas una y otra vez si estás viviendo una pesadilla, es el peor momento de tu vida. Los siguientes momentos son inéditos, la vida como era dejo de ser, las prioridades que tenía se desvanecen y lo único que esperas ilusamente es que alguien te diga que es mentira.
el ser que amas murió
siguientes momentos son inéditos
El mundo se derrumba, inmediatamente después así este acompañado sientes una soledad que te embarga, es como si estuviésemos en un mundo paralelo.
Las preguntas te bombardean mentalmente, vienen una tras otras y se repiten sin cesar, por supuesto no hay respuesta que nos satisfaga.
Los días siguientes las preguntas continúan y tanto el estómago como el corazón manifiestan dolor, un dolor indescriptible que no encuentra calma, puedes tener jaquecas, zumbidos, palpitaciones y otras manifestaciones físicas, se pierden las fuerzas, se puede decir que este dolor hace que hasta que cueste respirar y dormir es casi imposible, pero es lo que más quisiéramos hacer.
De pronto miras a tu alrededor y encuentras objetos de quien se fue, su perfume te envuelve, los retratos te hipnotizan y se convierten en momentos enjugados en lágrimas y desesperanza.
¿Cómo superar esta tristeza tan inmensa e indescriptible?
¿Cómo superar esta tristeza tan inmensa e indescriptible?
Es la pregunta que todos nos hacemos, la única respuesta es el tiempo hace que todo pase y se calme, la pregunta siguiente sería ¿Cómo puedo acelerar el tiempo? Lamentablemente no hay forma.
Necesitamos vivir el dolor, de la mejor forma que podamos, difícil, claro que es difícil. la pena estará siempre presente por mi pérdida, el dolor profundo irá menguando pero habrán días en que se encienda inevitablemente.
Recomendaciones:
Recomendaciones
Que te puedo decir sobre este dolor que nadie quiere vivir?
Pues que desde mi experiencia, que no me convierte en experta, te puedo decir solo:
1. Llora todo lo que necesites.
2. Abrazarte a ti mismo.
3. Habla todo lo que sea necesario, callar nos alarga el camino.
4. Busca actividades.
5. Ábrete a recibir el afecto de quienes te quieren.
6. Cuídate más que nunca, tu alimentación, tu sueño y tus pensamientos.
7. Se paciente contigo mismo.
8. Cuando estés preparado despídete y ábrete a nuevas oportunidades.
Finalmente, no me queda más que decir que aunque posiblemente no te conozco, lamento tu pérdida y deseo que Dios te ilumine para poder atravesar este duro camino que te toca vivir.
lamento tu pérdida y deseo que Dios te ilumine
lamento tu pérdida y deseo que Dios te ilumine